martes, 6 de marzo de 2012

La princesa de la Sierra

Cuenta la tradición que, durante los Miércoles, Jueves y Viernes de Pasión, sale de su refugio subterráneo, situado entre las inmensas moles graníticas de la parte más occidental de la Sierra de Gata, conocidas por el sobrenombre de Torres de Hernán Centeno, la hercúlea y encantada nieta del fiero y temido gigante Fierabrás. En esas noches, a la luz de las estrellas, todos aquellos que se han atrevido a aguardar la aparición de esta hermosa y fornida princesa moruna han observado, con gran asombro, cómo el entretenimiento preferido de esta noctámbula señorita consiste en hacer malabares con las rocas que adornan el hermoso paisaje de nuestra Sierra de Gata.
Es tal la velocidad que llegan a tomar esas titánicas rocas al ser arrojadas al espacio por las fornidas manos de la misteriosa princesa, que más de uno de los curiosos nocturnos ha huido, a toda velocidad, entre los intrincados riscos y tupidos matorrales, por miedo a ser aplastado por alguna de esas gigantescas piedras.
Una vez finalizado tan inquietante entretenimiento, nuestra misteriosa princesa deja en su lugar los objetos de juego y regresa a su acostumbrado refugio. En él aguarda la llegada de algún apuesto príncipe que la libere del encantamiento al que fue condenada en los albores de los tiempos, cuando el resto de la humanidad ni siquiera habitaba estas tierras.
César Robledo Arroyo

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