martes, 28 de febrero de 2012

Fecha II Reunión del Club "Marcapáginas"

Definitivamente, quedan fijadas la fecha y el lugar de nuestra próxima reunión el martes 6 de Marzo, a las 18.00 horas, en la puerta del Ayuntamiento de Villasbuenas de Gata. Esperamos que el libro os esté pareciendo interesante...

miércoles, 15 de febrero de 2012

Logo

Del taller de ex-libris realizado a finales del curso pasado, surgió el logo que estrenamos este año para el Club de Lectura Juvenil. Gracias a Fernando, director del Centro, y a todos los que han participado y contribuido a darle la forma definitiva que hoy os presentamos. El diseño original es de Ismael Buénaga Fuente.

martes, 14 de febrero de 2012

La flor más grande del mundo (Historia basada en el cuento de Saramago)

Con esta historia estrenamos la sección: "Familias por la lectura". Se trata de un cuento basado en el de Saramago que "reinventa" y "reelabora" el material original hasta conseguir esta versión que presentamos a continuación. Iniciamos así una nueva línea de trabajo que pretende implicar a los alumnos y sus familias en la creación literaria a través de la recopilación y la creación propia. Los trabajos se publicarán bajo el siguiente lema:

"Como la imaginación no conoce límites y se abre paso por caminos insospechados...
...RE-LEEMOS, RE-ESCRIBIMOS, RE-INVENTAMOS".


LA FLOR MÁS GRANDE DEL MUNDO
Mª Carmen Martín Hernández
(Club de Lectura "Marcapáginas")

Mi cuento no es para niños, o sí…. Bueno, no se´. Es para quien lo quiera leer y lo quiera disfrutar…
¡Ay, Saramago, en qué lío me he metido! Pero, ¿quién me manda a mí aceptar tu reto? En mi cabeza hay mil ideas, unas tienen que ver con el tema y otras no; pero es mi propia interpretación de tu cuento. No sé ni por dónde empezar, ni qué hacer, ni qué contar, ni, ni, ni, y mil “ni” más...
En el cuento que quise escribir y que ahora os voy a resumir, hay un pueblo de la Sierra de Gata. (Se encuentra al norte de Extremadura. Es un lugar verde y con muchos riachuelos, árboles y flores, muchas flores). Es un pueblo tranquilo, con sus casas de piedra, callejuelas estrechas cuesta arriba y cuesta abajo, sus vecinos tomando el sol en la plaza bajo algún árbol o simplemente al lado de la iglesia y campanas repiqueteando a cada hora que asustan a los pájaros y aves que habitan en esos viejos muros. Ahí situamos a nuestro niño, que es inquieto, avispado, movido y travieso; todo lo quiere ver y todo lo quiere tocar.
Al salir a la puerta de su casa, decide tomar un nuevo rumbo. Sube por la cuesta del barrio judío hasta llegar al camino que, entre jaras, brezos y carquesas, le lleva a la fuente “el grillo”, límite hasta donde los mayores le tienen permitido ir solo. Continúa por el sendero, pasa por olivares, fincas con robledales y pinares y se encuentra con pequeños arroyos que cruza saltando entre sus piedras con precisión y rapidez. Cada vez sube más y más arriba como si quisiera llegar hasta el inmenso cielo azul, claro y brillante, de un día festivo.
El camino es duro y está lleno de cantos y piedras sueltas que, en cualquier momento, podrían echar a rodar e impulsar a caer al pobre muchacho. Pero su afán por llegar al final de la cima es lo que le guía y empuja a seguir esquivando los zarzales del tortuoso sendero. Por fin llega a la cima, entre las ruinas del castillo, donde encuentra una torre Almenara, que es lo único que el tiempo ha dejado en pie. ¿Qué ve?
Es sólo una flor…
Cansado, se acerca y ve la flor casi marchita… Once veces baja a los pueblo de la Sierra, en busca de la mejor fuente de cada lugar para poder llevar el agua más pura, fresca y natural.
Comienza en Acebo. Se acerca a la fuente y encuentra una vieja jarra que le facilita el trabajo de trasladar el agua. Luego le llega el turno a Villamiel, Hoyos y Perales. A medida que avanza el día, va recorriendo pueblos, Robledillo, Descargamaría y Cadalso. Al subir a Santibáñez, se siente ya agotado, pero debe continuar…Llega a Torre de D. Miguel, sólo le falta una fuente en Gata. Mientras, la flor va resucitando y crece y crece.
Su tallo es un tronco de árbol de un verde intenso, en el que se ve palpitar y fluir la clorofila. Sus pétalos semejan aspas de molino con reflejos de arco iris y, cuando el viento consigue moverlos, desprenden tal aroma que embelesa a todos los habitantes de la comarca.
El niño la observa con deleite, se acurruca junto a su tronco; cansado, agotado, pero muy feliz, se duerme cuando en la tarde empieza a refrescar y, la flor, agradecida, se desprende de un pétalo para cubrir y arropar a su salvador…
Al conocer la desaparición del niño, todos los vecinos de la Sierra se lanzan a buscarlo. A punto ya de rendirse y dándolo por perdido, el viento les trae la solución: el aroma que la flor desprende al taparlo, un aroma a flores de campo, a rosas, a jazmines, a violetas, a amapolas, a sentimientos; olor a vida, a esperanza, a alegría. Desde cada pueblo puede percibirse su sutil aroma. Todos miran hacia arriba y descubren la gran flor que surge entre las ruinas de la almenara, sobrepasándola y acariciando el cielo.
Cuando llegan al lugar, comienzan a aparecer las primeras sombras que indican que el día está a punto de terminar. Se sorprenden muchísimo al encontrar al niño dormido. Sus padres lo despiertan y se lo llevan a casa. Toda la Sierra se alegra de su aparición, pero es mayor la admiración y el respeto que sienten por el niño, porque su hazaña es muy grande, quizás la más grande ocurrida en la Sierra.
Al cabo de unos días, sus padres descubren en el reverso de la mano del niño un pequeño tatuaje verde, hecho con el zumo que le dio la vida a su flor, la flor más grande del mundo… El símbolo es:


A partir de entonces, nos representa en muchas de las decisiones que tomamos y cosas que hacemos a todos y cada uno de los serragatinos.

Mi intención ha sido sólo la de entretener; perdonad si he ofendido a alguien intentando escribir un cuento.